A weekend in London - Part 3




Y con esta entrada doy fin al maravilloso viaje a Londres, que con tanta prisa y pocos días supe aprovechar bastante bien (eso sí, acabé agotada). Me ha dejado con ganas de más, pero se que tarde o temprano volveré a visitar esta ciudad e indagaré por más zonas que aún no pude ver. Pero de lo que estoy bastante contenta, es de poder haber ido en épocas pre-navideñas (100% aconsejable).

Las cinco primeras fotos están hechas en Candem Town (barrio londinense que destaca por albergar uno de los mercados callejeros más variados y extravagantes de Londres, llamado Candem Market). Esta visita nos llevó casi toda una mañana , de hecho, acabé pidiendo allí comida take away de estilo oriental y mejicana (era una sección que estaba repleta de puestos de comida de ese estilo, así como de dulces, con multitud de gente que comía de pie e iba de un lado para otro; turistas en su mayoría).


Las siguientes fotos ya son de Hyde Park, el famoso parque de la ciudad, siendo el más grande (+ de 140 ha) de todo el centro de Londres. El lago Serpentine divide en dos el parque y está lleno de cisnes, patos y más tipos de aves acuáticas, así como de palomas y de algunas aves exóticas. Había un montón de ardillas que correteaban por los árboles y se acercaban a la gente en busca de comida y de alguna caricia. Además, esta maravillosa y tranquila área de ocio, descanso y naturaleza metida en medio del "caos" (para mí, perfecto caos) de una increíble, ruidosa, explotada y agotadora ciudad, contiene varias estatuas dedicadas a determinados personajes. En una foto se ve una estatua que está dedicada al personaje ficticio de Peter Pan, en donde la gente le dedica algunas cartas y flores para pedir ánimo y suerte en la vida (bajo el lema de no perder al niño que cada persona lleva dentro). 


Una vez que salimos de Hyde Park, paseamos por diversas calles, pasando por los famosos museos y edificios públicos de la ciudad (Royal Albert Hall, Science Museum, Natural History Museum...) , así como por la embajada española y por el barrio de Belgravia (de los más caros y exclusivos de Londres, donde habita gente importante y/o millonaria).


Al final del viaje, justo antes de irnos hacia la estación de metro que nos llevaría al aeropuerto de Heathrow, nos tomamos el típico té británico acompañado de dulces pastas de chocolate y de fresas. De todas formas, cabe destacar el gran tazón de té que te ponen, lo caro que es y lo amargo que está (éramos los únicos de la sala que le echábamos tantas bolsitas de azúcar al té y aún así no nos llegaba...).






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